jueves, 24 de septiembre de 2015

Todo está conectado. El atlas de las nubes

A veces hago extrañas conexiones. Desde niña. Me salen de manera espontánea. De repente me sorprendo enlazando personas, situaciones, recuerdos, sueños… Uno me lleva a otro, y a otro y a otro… y así voy conectando una cosa con otra, creando una espiral casi infinita. Conecto situaciones pasadas con otras presentes. Recuerdos con sueños. Y personas con otras personas. Unos viven y otras ya no. Personas que entre sí no se conocen, pero que alumbran algo en mi interior que las conecta: una emoción. Ese es el detonante. Siempre. Me dejo llevar y empieza a fluir.

Algo parecido es lo que me ha pasado con la composición musical Between Worlds del barcelonés Roger Subirana. La escuché por primera vez hace unas semanas y desde entonces no hay día que no la oiga. Toda la música cuenta historias. Y hay música que además te viaja dentro. Es lo que me pasa con este tema. Entra despacio. Tímido. Pidiendo permiso, casi perdón, por llegar. Se te va colando, rompiendo la barrera de la piel, como un aceite balsámico. Notas cómo se filtra, cómo tu cuerpo va absorbiendo las notas, degustándolas. Y ya tienes la música dentro. La sientes tocar cada fibra de tu ser. Y besar lo intangible que habita en tu interior. Acaricia tu alma. Mientras eso ocurre tu cuerpo se vuelve ligero y percibes una corriente en forma de espiral que te levanta del suelo… Tu figura se difumina. Y dejas de estar Aquí. Estás en otro tiempo. En otro mundo. Eres polvo de estrellas.

Llevaba dos o tres días escuchando Between Worlds cuando por ‘casualidad’ vi en la tele una promo de una película: El atlas de las nubes. No había oído nunca hablar de ella pero como últimamente tengo especial debilidad con todo lo que tenga que ver con las nubes y ese título me sedujo, quise verla. No esperé a que la emitieran (creo que aún no la han puesto) y la conseguí en digital. La película –basada en una novela del mismo título de David Mitchell- aborda temas espirituales y/o filosóficos como la conexión de las almas, el karma, el amor incondicional.  Plantea que nos encontramos una y otra vez en distintas vidas en distintas épocas… Que con cada crimen, con cada gesto amable forjamos nuestro futuro. Que Todo Está Conectado.

La historia de El atlas de las nubes es épica. Y el tema principal de la película ‘El sexteto del Atlas de las nubes’ me movió como Between Worlds. Al parecer no soy a la única. Mira lo que he encontrado. 





Nota: Te invito a que veas El trailer de El Atlas de las nubes




Y este resumen un poco más amplio



lunes, 21 de septiembre de 2015

Descubriendo Moratalla: De la aldea de Charán a la cueva de las Hermanas Navarro

Adentrarse en el territorio natural de Moratalla es viajar en el tiempo. Sobre todo si lo haces de la mano de Cristina Sobrado y Jesús Rodríguez, dos apasionados del patrimonio natural, geológico e histórico y aventureros incombustibles. Hace cinco años decidieron poner en marcha en colaboración con la Oficina de Turismo de Moratalla el programa de rutas ‘Descubriendo Moratalla’ para acercar a los aficionados al senderismo y la naturaleza parajes, tierras y cuevas conocidos, si acaso, por algunos lugareños. Ayer iniciaron la décima temporada. Y lo hicieron por todo lo alto.
Nos llevaron hasta la aldea de Charán, situada en la parte alta de Benizar. Al pie del collado de La Molata se conserva este pequeño conjunto de casas que algunos enamorados de la zona están rehabilitando con verdadero mimo. Desde el enorme nogal que adorna la aldea comenzamos a caminar
hacia el Barranco del Agua en busca de apriscos –corrales de piedra- de ganado y de los restos de antiguos asentamientos donde el hombre vivía aprovechando el abrigo de las pequeñas cuevas que salpican ese terreno. Después de refrescarnos en nacimiento natural de agua, conocido como la Fuente de las Yeguas –ahí estaba yo en mi elemento- nos llevaron por un impresionante páramo de piedra sobre el que crece un bosque de Sabinas Negras hasta la Cueva de las Hermanas Navarro, “una diaclasa de desarrollo horizontal con abundantes espeleotemas” –todas estas palabrejas son de Cristina y Jesús (si las tuviera que pronunciar yo me haría un esguince de lengua, fijo).
La visita a la cueva fue la guinda a la ruta. Adentrarse en ella era como volver a la Madre Tierra. Un seno fresco y húmedo, pero con tierra caliente. Plagado de curiosas y sorprendentes formaciones creadas por la sedimentación de agua y minerales. La galería principal parece que tiene un pequeño altar, presidido por una columna –creada al entrelazarse las estalacmitas y estalactitas-. A mí me llamaron especialmente la atención unas formaciones blancas que se crean por lo que llaman “leche de luna”. Una maravilla.
Disfrutas por lo que ves, por lo que hueles, por lo que pisas, por lo que haces. Pero sobre todo porque te sientes segura. Porque sabes que vas con personas que conocen el terreno a la perfección que saben hasta donde puedes entrar y encima te acompañan hasta el final.
Al recorrer las entrañas de esta cueva vuelves a ser niño. Al menos yo me sentí así. Disfruté como un bebe cuando aprende a gatear y explorar el mundo. Me faltó decir “bubu”.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Personas inesperadas



Me gustan las personas inesperadas.
Las que no necesitan avisar para aparecer.
Las que no precisan una fecha para regalar,
Las que no piden permiso para abrazar.

Las que besan sin pensarlo.

Las que arrollan los miedos a base de ganas.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Hechizo

No puede dormir desde aquel día. Se pasa el día pensándola y cuando llega la noche y cierra los ojos sin tener ya nada en lo que ocupar la mente, ella lo invade todo. Su recuerdo se extiende como una silenciosa mancha de aceite  y se apodera de su mente. De todo su ser. La siente dentro como se siente la fiebre. Algo intangible y físico a la vez. Como una extraña corriente que le hormiguea en la sangre y le revoluciona las pulsaciones del corazón. Ya se ha acostumbrado a esa singular arritmia.

Sucede todas las noches. Siempre igual. Da igual que llegue a la cama sin apenas fuerzas. Es la única forma que tiene de coger el sueño. Al poco de cerrar los ojos, siente cómo la energía de ella se le cuela por el ombligo y se va directa al corazón y, de ahí, a cada átomo de su ser. Es tan real que todas las noches se despierta tres veces, se levanta, va al baño y se echa agua en la cara para asegurarse de que todo es un sueño. Que no hay nadie más en el dormitorio.

Cada mañana cuando suena la alarma del móvil se hace la misma pregunta: ¿se puede romper el hechizo de un hada?

martes, 25 de agosto de 2015

Su sonrisa

Cuando sonríe se enciende el mundo. Incluso de noche. Su sonrisa es el faro de Alejandría en la negrura. Da igual lo mal que estés, ves esa sonrisa y empiezas a calmarte.  Su sonrisa me afecta igual que la luna a la marea. Es así. Exactamente así. Cuando desaparece, cuando llevo días sin verla hay oleaje en mi interior. En el momento que la veo aunque sea de lejos, en la distancia, en una foto, vuelve la tranquilidad. Todo está como tiene que estar.
    Sonríe con cualquier detalle. No lo puede evitar. A veces es una sonrisa tibia, en la que levanta solo un poquito el extremo de los labios. Pero casi siempre sonríe a lo grande, exhibiendo todos los dientes. Todos blancos, todos bien colocaditos. Parece un anuncio de dentífrico. Casi siempre sonríe en silencio, pero a veces remata con una carcajada fresca. Todas son contagiosas. Es inevitable verlas y no sonreír. Imposible del todo.
    Sonríe con la boca y con los ojos. Con todo a la vez. Cuando en sus labios comienza a dibujarse una sonrisa, sus ojos se entornan, suavizan su color y brillan más. Su mirada adquiere el color y la textura de la miel líquida recién recolectada del panal. Todo un espectáculo. Verlo en directo es como tomarse una taza de chocolate caliente una fría mañana de domingo. Te calienta el cuerpo y te reconforta el alma.
    Da igual donde esté. Da igual el tiempo que pase, yo sé que seguiré necesitando la droga de ver su sonrisa.

lunes, 24 de agosto de 2015

Cuando sonríes sola

El amor aparece sin avisar. Sin cita previa. No se puede programar ni evitar. No se puede controlar. No surge cuando tú quieres. Ni desaparece porque los demás lo deseen. No tiene un botón on-off.  No entiende de cantidades. Sólo de sensaciones. De cómo el otro te hace sentir. De las ganas de compartir.  De querer coger su mano y no soltarla. De querer más. De desear congelar el tiempo.
   Descubres que te has enamorado cuando te sorprendes a ti misma sonriendo sola. Sin saber muy bien por qué. 

domingo, 23 de agosto de 2015

Cuento de una princesa moderna

Le encantan los cuentos, sobre todo los de princesas. Ella es una princesa moderna. Vive en una alta torre en el centro de la ciudad. Es coqueta. Le gusta pintarse los ojos y los labios, y con ellos encandilar al mundo.
   Tapa con maquillaje su miedo. Está llena de miedos. Miedo a que le rompan el corazón. Miedo a volver a sentir dolor. Miedo a que la aten y le roben la libertad.
   Ha conocido a alguien que le provoca ganas bailar. Alguien que corretea como un niño revoltoso por los rincones de su mente, dibujándole sonrisas. Cada noche cuando se encierra sola en su torre piensa que todo es un espejismo.
   Ella ya no cree en los cuentos de amor. Los príncipes a los que amó le salieron rana.
   A éste no lo va a dejar pasar.

viernes, 14 de agosto de 2015

El dragón enamorado

Cada noche cuando siente que ya no le quedan fuerzas  se suelta y sale a ver las estrellas. Imagina que vuela a su lado y le cuenta historias de princesas y dragones, de gaviotas que quieren volar, de pastores que buscan tesoros, de príncipes que hablan de amor con rosas… Imagina que habla con ella, que la hace reír. Que la coge de la mano y la hace volar.  Cada noche siente un deseo irrefrenable de salir volando a buscarla. De pedirle que vuelva a iluminar su vida. Pero no lo hace porque tiene las alas rotas.

Cada madrugada cuando nota que recupera fuerzas y siente que sus alas empiezan a soldar, regresa a la jaula. Cierra la puerta y, dócil, se coloca dos pesadas cadenas en las alas.  Cada día quiere ir a buscarla, pero las cadenas lo impiden. Se pasa todo el día tirando de ellas mientras ruge de impotencia. Y así es cada día desde que ella le pidió que se alejara, porque tenía miedo de que le hiciera daño. Él obedeció. No se acerca a ella para no herirla. No quiere que tenga miedo. Él quiere que ella sea feliz. Que disfrute la vida. Que sea libre.

Él es un dragón enamorado de una princesa.

jueves, 13 de agosto de 2015

El Libro de los Abrazos (de Galeano)

En el Día de los Abrazos no puede faltar El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano. Un libro inclasificable. Cada página es una caricia. Un mimo. Un abrazo. Es un libro delicatesen.  De los que te hacen saborear cada renglón, cada palabra como si te hubieras metido un caramelo en la boca. Es un libro golosina. Cuanto más lees, más quieres. Te vicia de tan bonito que es.


Es un libro que te hace viajar por el mundo real y por el de la fantasía. Pero sobre todo te hace viajar por las emociones. Es más, el libro viaja a ti. Se te mete dentro y te recorre. Empiezas a notar que lo mismo te arranca una sonrisa que te conmueve de congoja. Pasea por tu corazón y por tu mente, haciéndote sentir y pensar. Pensar en qué estamos haciendo con este mundo, con la gente que nos rodea, con nuestros amigos, con los animales. Y te hace querer mejorar. Lees el libro y deseas ser mejor persona, aunque sólo sea para corresponder a su autor, a Galeano, para devolverle aunque sea un poquito de lo que él está dando.

Es un libro del que no te cansas. Lo terminas de leer y te apetece seguir leyendo. Y vuelves a él empezando por la punta o dando saltos entre sus relatos. Es un libro compañero. Para tenerlo  en la mesilla. Para llevarlo en el bolso o en la mochila. Un libro que deseas tener siempre a mano, cerquita de ti, pegado a tu cuerpo porque sientes que incluso así, cerrado, te abraza.
He perdido la cuenta de los Libros de Abrazos que Galeano que ya he regalado. No se me ocurre mejor regalo para alguien a quien quiero –me he dejado la paga extra de verano en la caja de Expo Libro-. Estoy por llamar a la editorial y pedirles que hagan una edición sólo para mí, para ir regalando a mis anchas. En plan: me cruzo con un amigo, ¿hola qué tal? ,¿cómo estás?... ¿Tienes el libro de los Abrazos?¿ Noooo? ¡¡¡Pues toma!!! No puedes ir por el mundo sin él.

No puedo permitir que alguien a quien yo quiera no tenga El Libro de los Abrazos. No, no, no… Así que ya lo sabes… que no me entere yo que te faltan  Los Abrazos.

Adicta a los abrazos

Soy adicta a los abrazos. Estoy enganchada a ellos. Son mi droga. Me provocan subidones, me dan marcha, me evaden, me calman, hacen que me olvide de lo feo, hacen que vea el mundo de colores… Y si paso un día sin recibir-dar uno, me entra mono. Entonces me meto en la cama y abrazo la almohada. Eso es raro que pase porque tengo la fortuna de vivir rodeada de seres que me dan afecto. Personas y bichos.

Hay días que me encierro en mi isla y no me cruzo con ningún humano, pero  esos días no me  falta mi dosis de abrazos. Tengo incluso sobredosis. Mis perros y caballos son verdaderos maestros de los abrazos. Los perros me envuelven con sus patas o directamente se me tiran encima, en plancha. Las yeguas y mula colocan su cabeza en mi pecho o enroscan su cuello alrededor de mi cuerpo. Y, entonces, yo me derrito. Me hago un charco.

Te voy a confesar una cosa soy adicta a los abrazos  desde que conocí a la persona que da los mejores abrazos del mundo.  Está ergonómicamente diseñada para dar abrazos. Tiene unos brazos  muy largos, capaces de envolver cualquier cuerpo. Brazos suaves y calentitos. Te rodea con ellos y el tiempo se para. Todo desaparece. Sólo existe ese lugar en el mundo. Te abraza cuando llegas, cuando te vas. Cuando menos te lo esperas va y te hace un lazo con sus brazos. Es mi Yeni –nombre en clave-. Con el tiempo he descubierto que el Arte de dar Abrazos le viene de familia. Es genético. La madre, las hermanas, hermano, cuñado, sobrinos y hasta perros dan unos abrazos de esos que si no fijas bien las piernas en la tierra cuando te sueltan, te caes al suelo.

Creo que he desarrollado un don desde que empecé a coleccionar abrazos: atraigo a personas expertas en abrazos. Tengo una amiga que da abrazos osito de peluche. Son suavecitos y achuchables. Otra, que cuando te suelta crees que te has tomado un Redbull, de la energía que te mete en el cuerpo. Una tercera que a la vez que te abraza ronronea como un gatito…Y así, varias. Y todas dan abrazos diferentes, como los perfumes.

Hay dos realmente excepcionales. La infalible, la que siempre que necesitas un abrazo, viene. Coge el coche y se te planta delante y te lo da. No se mueve ni un centímetro hasta que te nota segura. Y está la que te abraza desde la distancia con palabras, con música, y que cuando te ve te abraza como si fueras la única persona que le importa en el mundo. Son abrazos casa. Abrazos rescate. Abrazos que salvan. Abrazos que hacen no querer soltarte nunca, donde sientes que aunque todo vaya mal, ahí apretada, estás bien. Muy bien.

Hoy es el Día de los Abrazos.

Hoy es el Día de los Abrazos. Lo he decidido yo por mayoría absoluta. No lo busques en el calendario ni en el google que aún no los he avisado. Me interesa más que lo sepas tú. Aviso: si hoy me cruzo contigo lo mismo te llevas un abrazo puesto. Pero por si no me cruzo contigo, te abrazo ya.

miércoles, 12 de agosto de 2015

La Loba


Creció entre lobos. Unos la protegieron. Otros la atacaron. Intentaron clavar los colmillos en su carne, pero mordieron su alma. Eran lobos peligrosos porque eran cobardes. Asaltaban siempre por la espalda, cuando ella estaba sola, indefensa, cuando no tenía la protección de su manada. Aprendió a escapar. A huir. A sobrevivir. Corría con las mandíbulas apretadas sin mirar atrás, con la mirada clavada adelante. Fija en El Más Allá. Corrió tanto y durante tanto tiempo que no se dio cuenta de que se había hecho fuerte, resistente. No se dio cuenta de que mientras corría buscando un lugar seguro había cambiado. 
   Ahora es otra. 
Ahora se guía sólo por su instinto. Su olfato le dice cuando puede acercarse a alguien y cuando no. Sus ojos no son los mismos. Ahora cuando mira nunca ve el cuerpo de quien tiene delante sólo el alma que lo habita. Descubrió que con la mirada puede acariciar un corazón o helar la sangre. Entonces sintió que ya no tenía miedo. Supo que no iba a huir más. Que nadie le podría hacer daño. Que si la atacaban ella se tiraría a su yugular. Se había convertido en Loba.





martes, 11 de agosto de 2015

Corazón rebelde

Su corazón es un rebelde. No hace caso a las normas. Procura llevarlo siempre cogido de la mano para que no haga ninguna locura. Pero a veces no consigue sujetarlo y se le escapa. Su corazón se mueve por instinto y va hacia quien le hace vibrar. La última vez que su corazón se le escapó salió sin protección alguna. A cuerpo. Directo hacia aquella que le daba alas. Él quiso corresponderle borrando la tristeza y curando las heridas de su alma. Quería inventar un mundo sólo para ella. Uno nuevo cada día. Pero ella no podía quererlo como él quería. Ese corazón loco no tenía cabida en su vida. Y cuando ella dejó de hacerlo volar, el corazón se precipitó hacia el vacío. Ahora se desangra.  Lo ha vuelto a coger de la mano y lo cuida para intentar salvarlo. Nadie sabe que su corazón es ciego y sordo.

lunes, 10 de agosto de 2015

Encima de una ola

Hace cuatro meses que la chica ha cumplido quince años. El abuelo la estudia mientras ella lo asea y viste como cada mañana. Observa que en las dos últimas semanas la mirada de su nieta ha cambiado. Tiene un brillo nuevo. Ahora es más profunda y también más triste. Él le pregunta si estaba bien, si le pasa algo. Le pregunta a pesar de saber la respuesta. A los 92 años se conocen las respuestas a muchas preguntas. La chica le dice que está bien, solo un poco cansada.
            El anciano se incorpora apoyándose en la almohada y coge la mano de su nieta entre las
suyas, y mirándola a los ojos le dice:
—Lo mejor que te puede pasar en la vida es enamorarte.
 La chica se pone granate, como una granada madura. El abuelo sonríe y levantándole la barbilla para poder verle bien la cara sigue hablando.
Esta vida sin amor, no vale la pena. Si hay algo que nos mantiene vivos es el amor, en cualquiera de sus formas. Enamorarte es el mejor regalo que te puede hacer la vida, incluso cuando no seas correspondida.
Los ojos de la chica se llenan de agua que empieza a resbalar silenciosa por sus mejillas. Una presión dura se le agarra en la garganta, impidiéndole pronunciar palabra. Cierra los ojos. A los pocos segundos vuelve a oír la voz grave y tranquila de su abuelo.
Enamorarse es dar, no es recibir. Es ser capaz de darlo todo, de perderlo todo, sin pedir nada a cambio dice en un tono que acaricia. Es genial que la otra persona pueda llegar a sentir lo mismo por ti, eso es lo más maravilloso. Pero incluso cuando no es así, es mucho mejor vivirlo a no experimentarlo nunca. No nos debería dar miedo enamorarnos, nos lo debería dar el no hacerlo.
Si es tan bueno, ¿por qué me siento tan triste? —le pregunta ella.
Porque cuando nos enamoramos de alguien sentimos que la vida tiene sentido sólo si estamos con esa persona. Y cuando no es así, sentimos dentro un vacío que no lo llena nada.
¿Y cuándo eso pasa, cuándo te enamoras de alguien que no quiere saber de ti, qué se puede hacer?
Nada.
La chica piensa que su abuelo está chocheando y que lo que le ha dicho no tiene ningún sentido, que en realidad eso de enamorarse es una putada. La gran putada de la vida. Pero no se lo dice. No quiere incomodarlo. Coge el peine de encima de la mesilla y comienza a pasarlo por su cabeza. Hoy lo va a peinar con el pelo y el flequillo hacia atrás como John Travolta en Grease, le gusta jugar con el pelo de su abuelo, y él la deja hacer.
No hay nada que puedas hacer para que otra persona se enamore de ti —explica el abuelo, que parece leer los pensamientos de la joven—. No hay un manual para despertar el amor. El amor surge o no. Qué es lo que lo hace florecer es un misterio. Tampoco existe una fórmula que impida que te  enamores. El amor es libre. Aparece donde y cuando menos piensas, y a veces con la persona que menos te esperas. En cualquier caso, lo único que puedes hacer es vivirlo, dejarlo ser, dejarlo salir y disfrutarlo. Mientras estás enamorado la vida siempre es más intensa. Te sientes más vivo, incluso sin ser correspondido. Es como vivir encima de una gran ola. Disfruta de esa sensación porque no sabes cuánto va a durar.
¿Y qué acaba con el amor, abuelo?
El desamor.

viernes, 7 de agosto de 2015

Escribo para inventar un lugar donde encontrarnos

Escribo porque no puedo evitarlo. Escribir se ha convertido en mi forma de conocerme y explicarme a mí misma.

Me gusta escribir, siempre me ha gustado. Supongo que es una de las razones por las que siempre quise ser periodista, para escribir y contar historias. Hasta hace poco sólo escribía por exigencias profesionales. Unas veces disfrutaba y otras muchas no. Lo hacía porque era/es mi trabajo.

Hace unos meses algo pasó, algo se movió en mi interior. Empecé a escribir por necesidad. Como terapia. Para aligerar peso. Cuando algo que pesa dentro se escribe pierde importancia. Es como el miedo a lo desconocido que cuando te enfrentas a ello ves que no era para tanto. Al escribir, lo intangible coge forma, la de la palabra, y entonces lo puedes enfrentar. Sin embargo, para que se produzca esa liberación no es suficiente con escribirlo, tengo que dárselo a alguien para que lo lea, sólo así consigo que salga de mí. Cuando lo que escribo lo guardo se queda dentro de mí y eso me asfixia. Me martillea la cabeza. Da igual que esté en un cuaderno o en el disco del ordenador, sigue latiendo. La única forma en que consigo el efecto terapéutico es cuando sé que alguien lo puede leer. Cuando lo que he escrito puede caer en otras manos que no son las mías, lo pueden ver otros ojos que no son los míos. Me sirve que sea una única persona.

Escribo también para recrear o cambiar recuerdos. Para materializar sueños. Para viajar. Para vivir más. Escribir es una forma de acceder a otras formas de vida y de sentir que mis circunstancias sociales y particulares no me permiten vivir. Escribo historias de mi vida, pero no todo lo que escribo es autobiográfico. Es cierto que todo sale de mí, pero es que resulta que ahí dentro hay una multitud de gente. Y luego están las personas que están fuera pero las agarro y las proyecto en mi interior. Escribo y punto.

Leo más que escribo. Y leo por las mismas razones, porque no puedo evitarlo, porque me ayuda a conocerme. En millones de ocasiones he leído un párrafo, un poema, una conversación, la descripción de un personaje... que descifraba a la perfección lo que en ese momento estaba sintiendo o lo que he vivido en algún momento. Y al leerlo lo identificas. Comprendes. Y creces. Leo para viajar. Para recordar. Para soñar. Para volar. Para enamorarme de la vida…

Esa es otra de las razones por las que publico lo que escribo: para dar. Si a alguien, a una sola persona, lo que cuento le sirve para comprender, para recordar, para soñar, para reír, para llorar (soltar presión), para sentirse acompañado, para pasar el rato…Es un regalo pensar que alguna de las historias o un párrafo de los que escribo pudieran emocionarte como yo lo hago con los que otros escribieron. 

Escribo para inventar un lugar donde encontrarnos.

lunes, 3 de agosto de 2015

Quédate cerca

Hay personas que una vez entran en tu vida ya no quieres que salgan de ella. Es lo que me pasa contigo. Nos conocimos trabajando. La sintonía profesional dio paso a la complicidad personal. Y casi sin darnos cuenta nos enamoramos. Pasó sin buscarlo. Como sucede con todo lo importante. Lo que sentíamos  era tan grande y tan fuerte que no pudimos darle la espalda, a pesar de que lo teníamos todo en contra. Todo. No había nada a nuestro favor, bueno sí, una cosa: nuestro amor. Y casi sin querer, y casi sin poder evitarlo empezamos a quedar. Un café. Algún cine. Varias cenas. Y decenas de paseos con los perros. Yo ponía los perros, tú las risas. Decidimos fluir y dejarnos llevar sin poner resistencia. Y así nació una preciosa historia de amor: la nuestra.  Un amor que a mí se me ha escurrido de las manos. Sin darme cuenta (sin el casi, esta vez). Y por no darme cuenta, no a tiempo, no he podido mantener la llama encendida. Se ha apagado el fuego, pero el amor sigue intacto. O mayor aún. Dicen los que saben que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y eso es lo que me pasa a mí, te sigo queriendo igual, pero de otro modo. Es tanto lo que te quiero que no concibo una vida en la que tú estés lejos. O no estés. Te quiero cerquita. No es fácil encontrar personas auténticas. Leales. Cómplices. Dispuestas a lo que haga falta. Todo eso y más eres tú. Comprenderás que no dude en poner patas arriba mis propios cimientos para convencerte de que merece la pena que sigas junto a mí. Que como amiga soy mejor que como pareja. Como amiga no fallo. Quédate cerca, corazón.

jueves, 30 de julio de 2015

Hoy no estoy

Hoy he amanecido como el día,
gris y pesada.
Plomiza y triste.
Hoy no tengo fuerzas 
para tirar de mi cuerpo,
ni de mi alma.
Llevo tres cafés
y no resucito.
Hoy no estoy para nada,
ni para nadie.
Ni siquiera para mí.

Verte marchar

Me dijiste "confía en mí" cuando ya no creía en casi nadie. Y no sé, te hice caso, todavía sin saber la razón. Te empecé a contar lo que me inquietaba. Y tú fuiste curando heridas y amansando miedos. Esos que están llenos de pasados para olvidar. ¿De verdad esperas que me sea fácil verte marchar?

lunes, 27 de julio de 2015

Las emociones no pueden dimitir

Situación: Alegría y Tristeza han desaparecido de la central de mando de las emociones de una niña de 11 años que, de repente, no sabe qué le pasa. La niña se siente perdida y confusa, tanto que está decidida a tomar una decisión drástica. En ese momento el control de las emociones está en manos de Ira, Asco y Miedo, que se sienten un poco desbordados porque están acostumbrados a que sea Alegría quien lleve la voz cantante. Miedo tiene tanto miedo que quiere dimitir. Pero aunque lo intenta, no puede irse. Asco le aclara que “las emociones no podemos dimitir”. Es una escena de Inside Out (Del Revés), la última peli de dibujos de Pixar y Disney.

Me encantan las pelis de dibujos. Me hacen reír y me recuerdan de forma sencilla y gráfica lo importante de la vida. Por lo que merece la pena luchar y por lo que no. Cuando vi el trailer de Inside Out me puse a dar saltos. “Una peli de dibus que va sobre las vocecitas que nos martillean la cabeza a cada momento. Esa no me la pierdo ni harta de cerveza”, pensó una de mis vocecitas -imagino que (mi) Alegría-.


Deseaba verla por varias razones, una de ellas era por ver cómo los genios de Pixar reflejaban el papel que juegan las emociones en nuestro comportamiento, especialmente en el de los niños.  Cuando parte de tu vida gira en torno a ayudar a entender y gestionar las emociones –es lo que intento hacer en mi trabajo de coaching con caballos- sabes que la esencia de cada persona y, por tanto, todo su comportamiento está dirigido por las emociones y no por el intelecto, aunque solamos pensar lo contrario. Quien más y quien menos cree o ha creído que es nuestra parte racional la que toma las decisiones sobre lo que hacemos o decimos. Pues estás confundido. Todo tu comportamiento y especialmente las decisiones claves están dirigidas por tus emociones y por los recuerdos emocionales de vivencias anteriores. ¿Te has dado cuenta de que cuando recordamos, la imagen o escena que evocamos siempre remueve algo por dentro? Eso que te remueve son emociones (tristeza, alegría, miedo, ira…) y no pensamientos ni ideas.

En gran medida nuestro presente y nuestro futuro están condicionados por nuestro pasado. Aunque lo correcto sería decir por las emociones que generaron y nos siguen generando experiencias vividas. Cuando entrenamos y desarrollamos la inteligencia emocional lo que buscamos es aprender a identificar qué es lo que nos pasa, qué tipo de emoción o emociones nos genera una situación concreta y a qué se debe. Es decir, intentamos liberar, o al menos, aligerar la mochila emocional que nos lastra. Buscamos dejar lo bueno y sacar lo que nos pesa y frena. Corto que me enrollo. En otra ocasión lo mismo trato este tema.

Vuelvo a la peli, un fantástico y alucinante viaje por las emociones de una niña. Se supone que la cinta es para niños, pero en realidad la deberían ver los adultos, sobre todo si sois papás. Os ayudara a entenderos un poquito más y, sobre todo, a vuestros peques. Eso sí, te aconsejo que si eres un adulto de, pongamos por caso, más de 40 años y no tienes hijos te busques un niño para ir a verla. Yo, como soy de naturaleza imprudente, fui sola (tenía previsto ir acompañada, aunque era con otro adulto que no tiene muchos complejos…, pero no pudo ser) y todos me miraban raro. Mayores y niños. Unos y otros miraban a mi alrededor, creo que buscaban a mi niño. Cuando salía de la taquilla con mi entrada, un señor que iba con tres chavales me preguntó “¿vas sola, sin niños?”, le dije que sí; y el me preguntó que si quería uno. No tuve muy claro si se refería a prestarme a alguno de los críos que llevaba o a otra cosa… Le contesté con una sonrisa y un “no, gracias” –respuesta válida para cualquiera de los supuestos que estuviera barajando-. La próxima vez que vaya al cine a ver una de animación lo planificaré mejor y me pillaré a alguno de mis sobrinos (ese día no tenía ninguno a mano) o pediré prestado algún niño, más que nada para no desentonar.

Si tienes una tarde de esas que no sabes muy bien qué hacer, Inside Out te hará pasar un buen rato. Tiene algunos golpes realmente geniales como, por ejemplo, la idea que Miedo tiene de un buen día: “hoy no nos hemos muerto. Es lo que yo llamo un éxito total”. Y no le falta razón.

Estar vivo –y ser consciente de ello- es el mayor éxito.

Que esté bien y sonría

Nos vimos pocas veces, pero siempre reía. Hablaba mucho y escuchaba más. En su compañía el tiempo se volatilizaba.
Era tajante, pero tenía el mejor corazón que te puedas encontrar en la vida. Me hizo reír muchos días y sin esperarlo una mañana se marchó. Y aunque hay momentos en los que su ausencia se hace casi insoportable es de esas personas a las que sólo le puedes desear que le vaya bonito. Cada noche cuando cierro los ojos pido que esté bien y sonría.

jueves, 23 de julio de 2015

Sueños y realidad

Suena la alarma del móvil. 
Abro los ojos.
Amanece. 
Un día más siento 
que los recuerdos y los sueños 
son más reales que la propia realidad.

miércoles, 22 de julio de 2015

Érase un susto, un libro y una niña de nube

Esta tarde venía de casa de unos amigos y de estar con la niña más fuerte, luchadora y preciosa que conozco, cuando me ha pillado una fuerte nube de agua y granizo en la autovía. De golpe el asfalto seco era un mar de agua burbujeante y piedras de hielo del tamaño de huevos de codorniz y de gallina. En ese momento iba escuchando Arráncame de Vanesa Martín –estos días ella y su música me acompañan- de su álbum ‘Ven, siéntate y me lo cuentas’, y no sé muy bien cómo ha sido pero de repente un camión frutero que iba delante ha perdido el control y se ha atravesado en mitad de los dos carriles de la autovía. En unos segundos -¿2, 3?- me he visto que me echaba encima del camión que patinaba y quedaba atrapada entre él y el quitamiedos. He contenido la respiración, esperando el golpe –como si eso sirviera para amortiguarlo… -. No sé qué ha pasado o qué he hecho pero mi coche y yo hemos salido sin un rasguño. El resto del camino me lo he pasado dando gracias a todo lo visible e invisible.
Ya en casa, mientras repasaba lo sucedido me ha venido a la mente el libro que justo había terminado de leer esta mañana. Ese libro me asaltó el otro día. ¿A ti no te ocurre que vas tan tranquilo paseando y un libro se lanza a tus brazos? A mí, sí. A veces. Normalmente sucede cuando deambulo entre los pasillos de una librería o de una feria del libro y de golpe y porrazo me encuentro con uno entre las manos, cuyo título y/o autor no me suenan de nada… Este libro del que te hablo fue mucho más atrevido. Yo había ido a un centro comercial a cambiar un ratón de ordenador y al salir las escaleras me escupieron justo en la sección de librería. Ese día yo no estaba para mirar libros, en realidad no estaba para nada –bastante tenía con respirar y caminar- así que pasé de largo por el pasillo cuando algo color azul cielo despejado –mi color preferido- atrajo mi atención. Me acerqué y dos palabras hicieron que mis ojos se pusieran redondos y grandes como dos os mayúsculas, así O-O, y apareciera una leve sonrisa. Esas palabras: Niña y Nube… hicieron que el libro saltara a mis manos. Antes de terminar de leer el título ya sabía que se venía conmigo.
El título completo es La niña que se tragó una nube tan grande como la Torre Eiffel, pedazo título del que en la portada destacan tres palabras: niña, nube e Eiffel. Es una bonita fábula que cuenta la historia de amor entre una mujer y una niña que se tragó una nube. Un amor, capaz de creer y hacer lo imposible para romper todas las distancias: geográficas, culturales, raciales y físicas.
El libro no es que sea nada del otro mundo, pero sí que es entretenido y tiene algunos golpes de humor bastante buenos. Lo mejor, para mí, es que mezclando realidad, sueños y fantasía los personajes dan una interesante moraleja: hay separaciones, distanciamientos inevitables y a veces imprevisibles, pero esos sólo los provoca la muerte. La existencia de todos los demás distanciamientos sólo depende de nosotros, del amor que sintamos por la otra persona y de nuestra voluntad de encontrar el camino para estar juntos.
Dos de las frases que he subrayado:
- “El corazón es un gran armario en el que encerramos a todos los que queremos para tenerlos siempre con nosotros y cargar con ellos allá donde nos lleve la vida”.
- “Si tuviera un mando a distancia para mamás, haría que vinieras todo el rato, cada vez que estoy triste. De hecho, ni siquiera te dejaría marchar”.
El susto de esta tarde me ha animado a contar esto. Y tal vez también me anime a entregar una carta que escribí dos días antes de encontrar el libro, pero que no me decido a dar.

lunes, 20 de julio de 2015

Cambios

Hasta ahora todos los artículos de este blog han girado exclusivamente sobre temas de caballos. A partir de ahora cualquier tema puede tener cabida aquí, incluido los caballos. Pero el sitio que ahora tengo dedicado específicamente a los caballos es la página de Equynos: http://www.actividadesconcaballos.es/

miércoles, 28 de marzo de 2012

Equynos, un sueño

Hace bastantes días que no publico nada. El motivo es que he estado enfrascada en poner en marcha el proyecto equynos. El sueño de dos locos. El resultado de cuando se unen dos locos y una pasión: los caballos.
Al principio, hace años ya, Jose y yo fantaseábamos con organizar rutas de aventura con caballos. En realidad, al principio nuestro pensamiento se centraba en hacer actividades con caballos en la naturaleza que fueran divertidas para nosotros y para la gente a la que les apeteciera montar.

Pero con el paso del tiempo, de fuertes experiencias vividas con nuestros caballos, de situaciones compartidas con amigos, propietarios y profesionales del mundo del caballo… esa idea fue evolucionando y mutando a algo más complejo. La idea definitiva y el revulsivo para animarnos a poner en marcha equynos los encontramos cuando visitamos el albergue de caballos abandonados y maltratados CyD Santa María y conocimos el trabajo de Concordia Márquez y Virginia Solera.


Fue entonces cuando entendimos que lo de divertirse con los caballos está muy bien –siempre y cuando el animal no sufra- pero que en realidad lo que los caballos necesitan es que las personas les entiendan. Les respeten. Y eso sólo se consigue con una adecuada educación y formación.

equynos nace del anhelo de devolver a los caballos, a los équidos en general, todo el bien que ellos han hecho y nos siguen haciendo a las personas. Es un proyecto inspirado en el RESPETO que todos y cada uno de ellos nos merecen y nos inspiran. Como bien dice Concordia ellos nos han enseñado a sentir compasión, gratitud, ternura, compañerismo, dignidad, alegría de vivir, valentía ante la vida y más aún ante la muerte…
En equynos sabemos -porque lo experimentamos cada día- que los caballos pueden hacer mucho bien a las personas. Nos ayudan a conocernos mejor, a controlar nuestras emociones, a enfrentar nuestros miedos, a mejorar nuestra autoestima… en definitiva: a sacar lo mejor de nosotros.
En definitiva equynos nace con un doble objetivo: educar y formar a las personas (nos da igual que monten o no, que tengan caballo o no, que se relacionen más o menos con ellos….) en el respeto a los caballos, a los équidos en general, fomentando su conocimiento a través de acciones. Y creemos que la mejor forma de conseguirlo es ayudar a las personas en su vida personal y profesional con el apoyo irremplazable de nuestros amigos equinos.
Son muchas las personas que de una u otra manera nos han animado y ayudado a poner en marcha equynos, pero quiero aprovechar este post para agradecer de manera especial el trabajo y esfuerzo de un grupo amigos sin cuyo trabajo equynos no habría visto aún la luz. Muchas gracias a:
- Chon. Sus ideas, energía y contactos nos han sido, nos son y nos seguirán siendo esenciales para que Equynos tenga vida.


- Virginia García de Producciones Videomed. Suyos son el logo y muchas de las fotografías. También ha aportado muchas ideas y energía.

- Gema y Marta Escobar porque han sabido captar de forma instantánea la esencia de equynos, han pulido nuestra imagen y nos han diseñado un material fantástico en tiempo récord. Por cierto tienen un proyecto 'súperbonico' para educar y entretener a los más pequeños, y a los no tanto.
- Sergio y Álvaro de Tuyyoqué que han corrido como locos y han hecho lo imposible por hacernos un hueco en su trabajo para diseñarnos una web preciosísísíma. Aquí la tenéis: http://www.actividadesconcaballos.es/

- Isabel Franco de Quarzo Social Media. Sus palabras y ejemplo han sido definitivos para animarnos a lanzarnos a esta loca aventura a pesar de la que está cayendo. Ella me ha abierto puertas y me ha ayudado a encontrar el camino.

Gracias a todos ellos. Y a otros muchos.






Nota: A partir de ahora seguiré publicando leyendas de caballos en el blog de equynos (www.actividadesconcaballos.es/blog/)

martes, 13 de marzo de 2012

Curso de manejo del caballo basado en la etología equina en Moratalla











¿Tienes curiosidad por saber cómo se comportan los caballos cuando viven en libertad en un entorno natural? ¿Sabes que puedes aplicar su manera de comunicarse y comportarse en la naturaleza para mejorar tu relación con tu caballo? Si te interesa el tema te recomiendo el curso de Etología equina y manejo que Raquel Villares impartirá el último fin de semana de abril, sábado 28 y domingo 29, en La Hacienda Los Granadicos (Moratalla-Murcia).

En este curso se ofrece el conocimiento que nos aporta la Etología equina para mejorar nuestra relación y manejo con el caballo, tanto si es a nivel de doma –entendida ésta como el aprendizaje del caballo- como a otros niveles.

La Etología es la ciencia que estudia el comportamiento animal en condiciones naturales. Actualmente, tal y como comenta Raquel Villares, se están realizando muchos avances en esta ciencia para posteriormente aplicarlos al comportamiento y manejo de los animales domésticos.

El curso combina teoría y práctica y dura dos días.
El sábado por la mañana comenzará con unas charlas de introducción a la Etología equina, así como sobre comportamiento de los caballos en libertad y del comportamiento de los domésticos. También se explicará cómo funcionan los órganos de los sentidos. Ese día se realizarán prácticas de relación con el caballo, la adecuada conducción del ramal y también de cómo el lenguaje corporal y la coordinación para comunicarnos con el caballo.

El domingo el curso se centrará en cómo aprende un caballo. Y la parte práctica se centrará en:

- cómo hay que pedir las manos y los pies del caballo,
- enseñar al caballo a subir y bajar del remolque
- trabajo en el picadero redondo
- aprendizaje para dar cuerda de la manera más adecuada
- la técnica de las riendas largas.

El precio del curso es de 160€ y tiene plazas limitadas. Para más información y resevas enviar mail a haciendalosgranadicos@yahoo.es o llamar al 666 51 79 04.

Esta es la segunda vez que Raquel Villares imparte un curso en la Hacienda Los Granadicos, el anterior se centró en la introducción a la monta natural. Montar a caballo es toda un experiencia ya de por sí, pero si además se hace sin ningún tipo de "artilugio" las sensaciones son simplemente inolvidables.

Aquí os dejo un pequeño resumen de lo que dieron de sí los dos días que duró el curso. El montaje es gentileza de Virginia García de Producciones Videomed.











Monta natural en Moratalla from Leyendas de caballos on Vimeo.