lunes, 27 de febrero de 2012

SOS CyD Santa María

En el anterior post os hablé de la impresionante labor que la Asociación CyD Santa María está llevando a cabo en la defensa y rescate de caballos abandonados y maltratados. Pues bien, hoy he recibido una carta de Virginia Solera, responsable de comunicación de CyD, que ha enviado a todos los socios y amigos de esta ONG. La quiero compartir con vosotros:

Estimados Amigos:
Quiero comenzar este email con una muy buena noticia… Seguimos aquí, continuamos trabajando y, pese a las dificultades, seguimos ayudando a los animales, gracias a vuestro apoyo y lealtad. Algunos, lleváis con nosotros años y vuestra confianza y el cariño que nos demostráis en vuestros email s es la mejor recompensa, junto al amor de nuestros caballos, que podríamos recibir. Espero que alguno no piense: “¡pues, menuda noticia!”, dadas las actuales circunstancias, nosotros damos las gracias a diario por poder seguir desarrollando nuestra labor de ayuda.


Para los que os habéis incorporado recientemente, ante todo, daros las gracias, y comentaros también que en los dos últimos años, hemos cosechado varios éxitos a favor de los animales de los que nos sentimos especialmente orgullos. En primer lugar, tuvimos la oportunidad de colaborar con el Consejo de Estado en la elaboración de una nueva normativa de protección animal, gracias a lo cual conseguimos que los équidos sean reconocidos como animales domésticos de compañía. Sin entrar en mucho detalle, sólo deciros, que, anteriormente, maltratar a un caballo no era delito, mientras que, ahora, gracias a esta nueva catalogación, podemos defenderlos con mayor fuerza ante los tribunales. Como yo no soy la experta, Concordia me pide que os diga que, junto con esta nueva nomenclatura, también se logró la modificación de la regulación de tenencia de équidos y su identificación, quedando ahora estos animales mucho más protegidos en cuanto a garantizar su bienestar en nuestro país. Por otro lado, tuvimos el privilegio de recibir el mayor galardón que otorga el Colegio Oficial de Veterinarios de Málaga, la “V” de Oro, por nuestro trabajo. Pero, sobre todo, nuestro mayor logro es, sin duda, todos y cada uno de los animales que hemos rescatado a lo largo de los años.

En este sentido, el año pasado, finalmente, tras años de lucha, conseguimos salvarle la vida a un grupo de 21 équidos que se encontraban en una finca ilegal en Alhaurín de la Torre. Este caso supuso un antes y un después en la jurisprudencia respecto a maltrato de équidos porque, por primera vez, una jueza, dictaba la retirada inmediata de los caballos a la espera de Juicio para garantizar su bienestar. En dicho auto, la jueza explicaba que nosotros, el Albergue CYD Santa María, seríamos los responsables de cuidar de los animales, mientras que el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre sería el responsable económico hasta la celebración del Juicio. Desgraciadamente, he de decir que el Ayuntamiento no ha cumplido la orden de la jueza, bueno, para ser más exactos, se ha desentendido por completo de estos animales. Para seros totalmente honesta, nunca creímos completamente en que un Ayuntamiento cumpliera con sus obligaciones respecto a unos animales (que habían visto morir a sus compañeros durante años), pero tampoco imaginamos que se desentenderían completamente del asunto… Por lo que hemos ido acumulando deudas, sobre todo en comida, a lo largo de los últimos meses.

Os cuento esta historia, que muchos ya conocéis, por dos motivos. A los que lleváis años con nosotros, sabéis que a lo largo del año siempre os informamos de los rescates, denuncias, etc., que efectuamos porque nos gusta demostraros que no somos una asociación pasiva… ¡ya sabéis que somos todo lo contrario! Pero… lamentablemente, este año, yo, personalmente, he “rogado” a mis compañeros que no efectúen grandes rescates durante los próximos meses, al menos, hasta que nos recuperemos un poco o equilibremos nuestras cuentas. Por lo que os pido un poco de comprensión y paciencia, aunque me consta, que la mayoría sois generosos no sólo con vuestro dinero, sino también con vuestros sentimientos… En segundo lugar, quiero pediros un favor. Los que lleváis más tiempo también sabéis que no solemos pediros más ayuda de la que ya tan generosamente nos ofrecéis, como mucho, a veces, os animamos a que vengáis a alguna cena, pero nada más… Sin embargo, esta vez, os voy a pedir, humildemente, que, en la medida de vuestras posibilidades, informéis de nuestro proyecto y animéis a otros a ayudar como lo estáis haciendo vosotros… Sé que es mucho pedir, porque cada uno tenéis vuestras vidas (alegrías, complicaciones, compromisos…), pero también sabéis que no os lo pediría si no necesitásemos realmente un empujoncito.

En realidad es muy sencillo, si estáis contentos con nuestro trabajo y os sentís tan orgullosos como nosotros, animad a vuestros amigos y familiares a echar una mano y decidles que pueden colaborar con muy poquito dinero. Para ello, sólo tienen que rellenar el FORMULARIO SOLIDARIO, que pueden encontrar en el apartado Por Favor, AYUDE de nuestra web.
Para quien quiera ayudar con material, puede dirigirse a nuestro proveedor de alfalfa, heno y paja (su número es 659 17 78 55), y solicitarle comida como donación para nuestros caballos. El otro día, Rocío, compró 300 balas de heno y ha supuesto un gran alivio para nosotros. Gracias Rocío. Y gracias a todos por estar siempre ahí.
Hoy, os mando unas fotos de Ali y Kira con algunos de nuestros animales. Ali y Kira son voluntarias, Ali es californiana y Kira ha venido desde Suiza para ayudarnos, ojalá más personas siguieran su ejemplo. Ambas han sido maravillosas con nuestros caballos, las dos son excelentes profesionales, y aún si cabe, mejores personas, por lo que, chicas, os vamos a echar muchísimo de menos.
Espero que os gusten las fotos, os trasladado todo el cariño y respeto en nombre de todo el Equipo y, una vez más, os mandamos nuestros mejores deseos. Virginia, en nombre de todo el Equipo del CYD Santa María.

Si has llegado a este blog seguramente es porque te gustan los caballos, es más es probable incluso que seas (o al menos te consideres) un amante y/o defensor de ellos. Si es así, aquí tienes una excelente oportunidad de demostrarlo. Elige la fórmula que más cómoda te sea, la que mejor se adapte a tus circunstancias (a tu bolsillo y a tu tiempo) pero por favor colabora. Creeme estarás ayudando a unos "seres excepcionales" (me refiero tanto a los caballos como a todo el equipo humano del CyD).

Gracias







jueves, 2 de febrero de 2012

Una historia de amor incondicional a los caballos (y demás)

Los héroes existen. Más allá de las películas y leyendas. Lo que pasa es que en la vida real suelen pasar desapercibidos porque no llevan capa ni trajes fantásticos y, aparentemente, no tienen “superpoderes”; pero es sólo aparentemente. Por eso muchas veces no somos conscientes de estar delante, o al lado, de un héroe. Pues bien, yo he conocido, es decir, 'he reconocido' a dos. Se llaman Concordia y Virginia.

Todos los días Concordia y Virginia se levantan con una misión: pararle los pies a los malos. A esos energúmenos que maltratan, vejan y/o abandonan caballos (y demás animales). Una labor en la que emplean todo su tiempo, energía, dinero… Todo, absolutamente TODO, lo que tienen. Y todo lo que son.

A menudo reciben presiones, chantajes y amenazas
de diversa índole para que desistan en su empeño. Ya se sabe, hay personas que piensan que por ser 'propietarios' de un animal pueden hacer con él lo que les dé la real gana; lo que para estos tipos quiere decir que les pueden pegar, maltratar e incluso matar si les apetece. Y, claro, les sienta mal que lleguen dos ‘nenicas’ a decirles: "eso no se hace. Y como eres un bruto nos llevamos tu caballo, y además te denuncio". Y entonces estos tipos se cogen unos berrinches que para qué; y como algunos tienen muy malas pulgas (con perdón de los bichitos) quieren vengarse, pero 'las defensoras de los caballos –y demás-' no se amilanan.

-Al parecer hay quienes aún no se han enterado (y si lo han hecho les da igual) de que los animales no son cosas. Son seres sensibles. Y no es que lo diga yo, ni ellas, ni otras muchas personas. Lo dice la ley. El maltrato a los animales es un delito. Repito: DELITO.

Volvamos a la historia de Concordia y Virginia (perdonad, pero es que me enciendo).

Hasta hace unos años Concordia y Virginia eran personas 'normales' con una vida y un trabajo normal. Concordia era jinete profesional y se dedicaba a la preparación de jinetes y equipos para la competición de máximo nivel (también es juez nacional de salto y doma). Y Virginia estaba centrada en su trabajo de periodista. Pero como en casi todas las historias de héroes, por una de esas “casualidades de la vida” todo cambió.

Los hechos fueron, más o menos, así: Concordia había viajado a Málaga para participar en una competición en un sitio estupendo, con caballos estupendos y 'ultracuidados', cuando dando un paseo por los alrededores vio un caballo solo en un prado. Estaba famélico. Algo en su interior se le encogió (sé que fue el corazón) y sin pensarlo cogió el animal y lo cargó en su remolque. Se lo llevó sin saber muy bien qué iba hacer con él, pero sabía que no podía dejarlo allí. En ese momento no lo sabía, pero esa decisión cambiaría su vida, la de su hermana, la de sus padres y, sobre todo, la de infinidad de caballos y personas.

Al poco tiempo Concordia decidió 'invertir' todos sus ahorros en crear un albergue para caballos maltratados y abandonados y en poner en marcha la Asociación CyD Santa María para denunciar los casos de maltrato y abandono de équidos en la zona de Málaga. En poco tiempo Concordia tuvo que pedir auxilio a su hermana, Virginia, porque no daba abasto para atender la cantidad de animales indefensos. Y Virginia no lo dudó: lo dejó todo para ayudar a Concordia en lo que "hiciera falta".

El tiempo y las circunstancias han hecho que la actuación de la Asociación CyD Santa María llegue a todos los rincones de Andalucía e incluso a otras zonas de España. CyD es la única asociación de España que hoy día (que yo sepa) se dedica al rescate de caballos y que no cuenta con subvenciones públicas. Todo lo financian los socios, amigos y colaboradores.

Conocí la historia de estas dos mujeres hará unos cuatro años gracias a un reportaje en una revista. Hace casi un año tuve ocasión de conocerlas. Fue durante unas jornadas sobre bienestar animal que organizó el Centro de Medio Ambiente de CAM en Murcia (Cemacam Torre Guil). Allí tuve oportunidad de hablar con ellas y durante esta entrevista a Concordia, empecé a entrever la envergadura de su trabajo. Aquí tenéis un pequeño resumen:




Este fue el comienzo de una gran amistad. Desde entonces he tenido ocasión de visitar un par de ocasiones su base de operaciones: el albergue CyD Santa María. Y he de admitir que estar allí fue todo un shock. Ese lugar tiene una energía especial. Es mágico. Algo que se percibe nada más llegar y observar que conviven en perfecta armonía caballos, ponis, perros, gatos, cabras…

El albergue está concebido para acogerlos temporalmente hasta que los cuidados de Concordia, Virginia, Luciano y los voluntarios del centro los recuperan y rehabilitan para que puedan ser adoptados. Allí sólo permanecen aquellos animales que están en estado terminal o son de difícil adopción.

En diez años han salvado la vida de más de 500 caballos. (y de otros 'tropecientos' bichos más. Y lo de bichos es con todo el cariño, eh!). ¡Casi nada!La gran mayoría viven hoy con familias que se encargan de cuidarlos y darles cariño.

A veces necesitan refuerzos, porque aunque son dos ‘superheroínas’, son de carne y hueso. Hay momentos en los que la energía, las fuerzas y la vida no les da para más. Me consta que tienen un grupo de voluntarios, pero a veces los malos son tantos, que necesitan más ayuda. Con la crisis los casos de abandono de caballos (para muchos, un artículo de lujo) se han disparado. Y son muchos los animales que hay que 'rescatar'. Por ello... me gustaría que todos los que podamos intentemos arrimar el hombro.

Creedme: ir allí y colaborar en las tareas es toda una experiencia. No sólo porque el albergue CyD ofrece la posibilidad de ayudar a animales indefensos (lo que por sí sólo ya supone una gratificación), sino también de aprender muchííísimo sobre el cuidado y manejo de los caballos, porque ellos son unos profes excelentes y porque Concordia es como 'el libro gordo de Petete'. Ni os imagináis lo que esta mujer sabe de caballos.

También se puede ayudar con donativos económicos y aportando material: alimentos, medicinas, productos de limpieza, mantas, es decir, cualquier producto que se use para el mantenimiento de animales.

Ellas no lo saben, pero conocerlas y ver su trabajo también ha cambiado mi vida y mi forma de amar a los caballos (y demás bichos). Me han enseñado a quererlos sin más. Porque sí. Me han enseñado a 'querer más' –es una forma de decir cuidar, atender, mimar- a aquellos que menos tienen, que peor están, que son más pequeños, débiles, escachuminizaos… A comprender que la vida de ningún caballo es más importante que la de otro; y a que, como dice Tom Smit, el entrenador de Seabiscuit en la película: "no se tira una vida por la borda porque esté un poco magullada".

Su trabajo y su vida son todo un ejemplo de amor incondicional a los animales. ¡Echémosles una mano!

miércoles, 1 de febrero de 2012

Los caballos y mitos

Los caballos han sido envueltos en sueños, mitos, ambiciones y sentimientos humanos tanto tiempo, que la historia que llegamos a creer suya es muchas veces una reflexión distorsionada de nuestros propios deseos, y no siempre nuestros deseos más nobles. (Stephen Budiansky, 1988).


Lo sensorial, la percepción, la suavidad y la comunicación no verbal crean la conexión sutil entre el ser humano y el caballo. Ese entendimiento es casi inexplicable, siendo entonces necesario experimentar. Cuando experimentas una cosa así, ya no puedes dejarlo nunca más es un vínculo tan personal y fuerte que es idestructibleDe Desirée en Equitación alternativa


Cada mañana, Phoebus Apolo ata sus caballos, hijos del viento, al carro del sol, y vuela a través del cielo, dejándose caer de vuelta a la tierra por la noche. Después de todo, los caballos deben comer. No puedes verlo porque la luz del sol ciega tus ojos, pero… cómo crees que ocurre el amanecer cada día. De Lucy Rees
¿Qué diferencia existe entre amar a un animal o a un ser humano? ¿Existen diferentes tipos de amor? ¿Existen, de igual manera, diferentes tipos de sufrimiento, vejación o dolor? Es uno de los párrafos iniciales de la carta de presentación de CYD Santa María, escrita por su directora Concordia Márquez