jueves, 13 de agosto de 2015

El Libro de los Abrazos (de Galeano)

En el Día de los Abrazos no puede faltar El Libro de los Abrazos de Eduardo Galeano. Un libro inclasificable. Cada página es una caricia. Un mimo. Un abrazo. Es un libro delicatesen.  De los que te hacen saborear cada renglón, cada palabra como si te hubieras metido un caramelo en la boca. Es un libro golosina. Cuanto más lees, más quieres. Te vicia de tan bonito que es.


Es un libro que te hace viajar por el mundo real y por el de la fantasía. Pero sobre todo te hace viajar por las emociones. Es más, el libro viaja a ti. Se te mete dentro y te recorre. Empiezas a notar que lo mismo te arranca una sonrisa que te conmueve de congoja. Pasea por tu corazón y por tu mente, haciéndote sentir y pensar. Pensar en qué estamos haciendo con este mundo, con la gente que nos rodea, con nuestros amigos, con los animales. Y te hace querer mejorar. Lees el libro y deseas ser mejor persona, aunque sólo sea para corresponder a su autor, a Galeano, para devolverle aunque sea un poquito de lo que él está dando.

Es un libro del que no te cansas. Lo terminas de leer y te apetece seguir leyendo. Y vuelves a él empezando por la punta o dando saltos entre sus relatos. Es un libro compañero. Para tenerlo  en la mesilla. Para llevarlo en el bolso o en la mochila. Un libro que deseas tener siempre a mano, cerquita de ti, pegado a tu cuerpo porque sientes que incluso así, cerrado, te abraza.
He perdido la cuenta de los Libros de Abrazos que Galeano que ya he regalado. No se me ocurre mejor regalo para alguien a quien quiero –me he dejado la paga extra de verano en la caja de Expo Libro-. Estoy por llamar a la editorial y pedirles que hagan una edición sólo para mí, para ir regalando a mis anchas. En plan: me cruzo con un amigo, ¿hola qué tal? ,¿cómo estás?... ¿Tienes el libro de los Abrazos?¿ Noooo? ¡¡¡Pues toma!!! No puedes ir por el mundo sin él.

No puedo permitir que alguien a quien yo quiera no tenga El Libro de los Abrazos. No, no, no… Así que ya lo sabes… que no me entere yo que te faltan  Los Abrazos.

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