

Ahora se guía sólo por su instinto. Su olfato le dice cuando puede acercarse a alguien y cuando no. Sus ojos no son los mismos. Ahora cuando mira nunca ve el cuerpo de quien tiene delante sólo el alma que lo habita. Descubrió que con la mirada puede acariciar un corazón o helar la sangre. Entonces sintió que ya no tenía miedo. Supo que no iba a huir más. Que nadie le podría hacer daño. Que si la atacaban ella se tiraría a su yugular. Se había convertido en Loba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario